Origen del Camino Francés, la ruta más concurrida del peregrinaje

 

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Estás apunto de recorrer un camino lleno de mística, tradición y milenarios parajes que marcarán un antes y un después en tu vida. Desde el siglo XI, peregrinos de todas partes del mundo pisan el Camino Francés en una misión devota que termina en la Catedral de Santiago de Compostela. Además de reconectar con tu espiritualidad, también te encontrarás con el encanto de la España medieval, donde emblemáticos castillos, iglesias y monasterios están presentes en cada tramo.

Este Patrimonio de la Humanidad siempre ha sido la ruta más concurrida del peregrinaje y ahora que tú te unirás a ella, aprovechamos para contarte un poco más sobre sus orígenes.

Los inicios del Camino Francés 

Los primeros recorridos que se hicieron por esta ruta fueron a finales del siglo XI en pleno periodo de la Reconquista Española. Impulsados por la misma fe que nos mueve actualmente, centenares de viajeros franceses y provenientes de Europa del Norte peregrinaban durante días para rezar frente al sepulcro del Apóstol Santiago. En el día, el camino era señalado por una antigua calzada romana y en la noche por las luces de la vía láctea (Este es el motivo de que el Camino Francés se conozca como “El Camino de las Estrellas”. Sus salidas originarias desde Francia a Santiago de Compostela son París, Le Puy, Arles y Vezelay.

A diferencia de nuestro peregrinaje actual, el Camino Francés era mayormente frecuentado por feligreses campesinos y monjes, quienes tenían que soportar los embates del clima y refugiarse en cualquier lugar para resistir lo duro del trayecto. Pero posteriormente, personajes de la realeza también se unieron a la travesía atraídos por el potente magnetismo del sepulcro y el recorrido mismo. Entre los viajeros más acaudalados y fieles promotores de este peregrinaje podemos encontrar a Alfonso VI, Sancho Ramírez de Navarra y Aragón y Sancho III El Mayor.

Los reyes cristianos, comprometidos con la evangelización, se encargaron de amenizar el Camino Francés hasta convertirlo en un emblema arquitectónico y cultural. Debido a esto, te encontrarás en cada tramo con antiguos edificios religiosos, hospitales, albergues y pasos históricos como el Puente de La Reina, Real Colegiata de Roncesvalles, El Castillo de Ponferrada, El Monasterio de San Juan de Peña, entre otros.

En el año 1135, la ruta francesa para el peregrinaje queda registrada de forma detallada en el quinto volumen del Códice Calixtino escrito por el fraile Aymeric Picaud, uno de los libros más importantes de la creencia jacobea. Con este documento se establece finalmente la cultura del peregrino por el Camino Francés. En él se muestran los senderos que todo viajero debía tomar, las tradiciones de cada pueblo en el itinerario, los monumentos religiosos más importantes en el trayecto y consejos prácticos para llegar a Galicia sin inconvenientes.

¡A recorrer la ruta de los antiguos peregrinos!

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